Los grupos humanos acostumbran a repetir patrones de conducta. Por ello, puede ser habitual que en nuestra empresa tengamos una persona un poco gruñona, otra que por las mañanas le cueste arrancar porque tiene mucho sueño, o aquella que siempre tiene hambre y para la que cualquier momento es bueno para ir a la máquina a reponer fuerzas. Sin olvidarnos de la que envía emails sin parar o aquella que está constantemente gastando bromas.
Seguro que has identificado alguno de estos perfiles o te ha inspirado para encontrar algún comportamiento en tu organización que sea característico de una persona. Podéis entregarle, por ejemplo, una placa conmemorativa como premio con una frase grabada que explique aquello que la hace diferente. La idea sería destacar aspectos representativos de cada persona para que todos os divirtáis y paséis un rato distendido.
Se trata de un detalle hecho con tacto y empatía, claro, escogiendo las personas y sus cualidades que puedan hacer sonreír a todos, en especial al protagonista. Si tienes dudas de si la persona puede sentirse ofendida, mejor piensa en otra cosa. Lo mejor es hacerlo con sinceridad y cariño, para que todo el mundo perciba que es una broma afectuosa entre compañeros para divertirse y pasar un buen rato. Si no estás seguro sobre si un premio en particular es adecuado, consulta a tus compañeros de la oficina. A lo mejor podéis crear un equipo creativo para diseñar los galardones y que sea una actividad todavía más colaborativa.